LLEGÓ EL MOMENTO DE LA NUEVA J-ESE

Pertenecer a la JS es pertenecer a una tradición de jóvenes que con audacia, coraje, valentía y fervor en la lucha social han levantado, desde la crítica, una esperanza de un país más justo. Desde sus inicios la JS ha cumplido un rol clave en la historia del socialismo chileno, reivindicando luchas, sosteniendo al Partido y vitalizando la vida política y democrática chilena.

Hoy, ante la fuerte apatía y desconfianza ciudadana hacia a los partidos políticos y hacia una democracia aún restrictiva y poco deliberativa, la JS aparece con tibieza, débil y enmarañada en conflictos internos. Los siguientes párrafos más que una visión política representan una serie de provocaciones que buscan reponer el rol histórico de la JS en la historia del País y revitalizar los sueños por un país más libre, más fraterno y más justo.

Mirando la Historia del PS

El Partido Socialista de Chile en sus orígenes se nutre de diversos grupos sociales y políticos de la época, comienzos de los años 30, especialmente del movimiento universitario de los años 20 y muy ligado a la República Socialista de 1932, con propuestas democratizadoras como la reforma agraria, la planificación central de la economía y la nacionalización de las riquezas básicas del país. Sus valores inspiradores son los mismos de la Revolución Francesa, libertad, igualdad y fraternidad y uno de sus caracteres fundamentales es la unión de trabajadores manuales (obreros, artesanos, etc.) e intelectuales (estudiantes, profesores, etc.). Desde sus inicios hay diversidad en sus fuentes ideológicas, Anarquismo, Humanismo y Socialismo libertario, también Marxismo, pero se alza como una alternativa al Partido Comunista, demasiado rígido en su estructura (Partido Obrero) y muy proclive a las posiciones del Partido Comunista de la Unión Soviética, Estalinista, una clara y perversa deformación del Socialismo.

El Partido Socialista de Chile es eminentemente Latinoamericanista, antiimperialista, antioligárquico y anticapitalista, y hay que decirlo, desde sus orígenes entendió al Socialismo como una ideología eminentemente democrática. Por lo tanto, y esto es de suma importancia, desde sus inicios y hasta hoy tiene fuentes de inspiración ideológicas y culturales diversas, y de suma importancia es también el hecho de que aunque declare como método de interpretación de la realidad el Marxismo, en una de sus primeras declaraciones de principios dice que este debe ser rectificado, complementado y enriquecido por los aportes científicos del constante devenir social, y posteriormente a su fundación si que vinieron aportes científicos y culturales que han rectificado, complementado y hasta superado en algunos aspectos al Marxismo, además de sumársele otras vertientes ideológicas que lo han enriquecido con sus principios.

El horizonte histórico del Partido Socialista de Chile es el Socialismo, entendido éste como la socialización del poder político y de los medios de producción y la táctica para lograr ese objetivo fue la Revolución, y de verdad revolucionario, ya que un proyecto de ese tipo en aquella época y por la vía democrática, era sin lugar a dudas revolucionario. Las invocaciones ideales inspiradoras de este proyecto histórico son la búsqueda de mayor justicia social, la igualdad, la solidaridad, la opción por los más pobres y oprimidos y una permanente y constante lucha por la liberación de todas las formas de opresión existentes en la sociedad.

Así, el Partido Socialista de Chile se origina y se desarrolla a partir de un proyecto político, social y económico fundado en los valores del humanismo socialista, un proyecto con historias y experiencias de vida construido por generaciones de hombres, mujeres y jóvenes dispuestos al sacrificio de la construcción de un Chile más justo y democrático, humanistas, anarquistas, masones, marxistas, cristianos, etc. Rebeldes, reformistas y revolucionarios, una familia política, Eugenio González, Salvador Allende, Raúl Ampuero, Clodomiro Almeida, Carmen Lazo, por nombrar solo a algunos de sus mas destacados dirigentes, pero también militantes anónimos, mujeres, dirigentes campesinos, sindicalistas, pobladores y estudiantes, un proyecto político arraigado en el Chile popular y profundo.

Pero la realidad del país, de la sociedad y del Partido Socialista hoy es distinta a la de antes, asistimos a un cambio de época, la sociedad se estructura de una forma mas compleja de cómo la entendíamos antes, antes distinguíamos claramente a los ricos de los pobres, a los burgueses de los trabajadores, a los poseedores de la tierra de los campesinos, en fin, a los poderosos y a los sin poder, bueno, a nuestro parecer hoy también siguen existiendo estas diferencias, pero agregándole nuevos y mas complejos fenómenos, como la enorme influencia del poder de los medios de comunicación que van determinando las necesidades y las conductas de las personas, el fenómeno de la globalización económica y cultural, donde las mas importantes decisiones de un país ya no se toman por los canales institucionales a los que estábamos acostumbrados, el Ejecutivo y el Parlamento, sino que por grupos económicos y financieros internacionales que ni siquiera conocemos, grandes capitales y riquezas de los países concentrados en pocas manos, lo que comúnmente llamamos Neoliberalismo. Los paradigmas y las ideas fuerza que antes llamaban a movilizarse políticamente se han derrumbado, la revolución en libertad de la patria joven, la vía chilena al socialismo, la democracia que iba a venir después de derrotar a la dictadura. Ante todo esto los partidos políticos están perplejos y sin ninguna propuesta, y las grandes transformaciones de nuestra sociedad aún están pendientes, superar las desigualdades económicas redistribuyendo el ingreso y profundizar la democracia a través de la participación ciudadana.

Partidos Políticos, PS y JS

Hoy la realidad del socialismo, del Partido Socialista de Chile y de su juventud es distinta a la de aquellos años. Hoy asistimos a una crisis integral del sistema de partidos en Chile, conglomerados en franca decadencia y un Partido Socialista sin una respuesta a ésta crisis, que también afecta a las juventudes políticas, la Juventud socialista de Chile vive una profunda crisis de representación, credibilidad y vocación de poder. Con 5 mil militantes, de los cuales solo 2 mil participan como votantes, menos de 100 como dirigentes y aún menos en la gestión, no tenemos las condiciones institucionales que permitan generar una fuerza capaz de conducir un movimiento político, social y cultural, por lo que este instrumento de poder, denominado Juventud Socialista, requiere de necesarias transformaciones.

La Juventud Socialista de Chile esta en crisis, pocas ideas, poca discusión política en torno al Chile más justo que queremos construir, poco discurso y pobre capacidad formativa, mucha imagen y primacía de los intereses personales, en suma, poca fraternidad y compañerismo, poca solidaridad. Grave, muy grave en una juventud política que se dice de compañeros. Pero estamos dispuestos a renovarnos, sin perder de vista el valioso aprendizaje histórico de la Juventud y transformar esta realidad.

Indudablemente que la actividad política esta en crisis, el ciudadano común y corriente esta alejado de la política, o más bien, de las organizaciones formales de representación política, partidos políticos y parlamentarios, ya que si participan de otras organizaciones, como grupos culturales, movimientos contra la no discriminación, movimiento estudiantil, ambientalistas y ecologistas. Fenómenos no muy bien recepcionados por los partidos políticos, se observa una especie de temor de los dirigentes partidarios a incorporar a estos movimientos sociales en su institucionalidad o a incorporarse a esos movimientos, incluido el Partido Socialista, creemos que se debe en parte por pobre capacidad comunicativa para interpretar e interpelar a estos movimientos y temor a perder sus cuotas de poder frente a estos nuevos liderazgos.

La vida interna de los partidos políticos es compleja, y si hacer política y estar en un partido político es difícil, más lo es para un joven político. Se observa en el Partido Socialista y en otros partidos, que para abrirse espacio en la estructura partidaria es necesario o hacerse amigo del parlamentario de turno, asegurándote un cupo para concejal, someterte a algún caudillo mediocre del partido en tu comuna o adherir a un grupúsculo de poder interno. Estos, dirigentes algunos y “operadores” otros, autodenominados reserva moral del partido que apuntan con el dedo a cualquiera y condenan a los demás por lo mismo que ellos hacen, han sepultado al Socialismo. Han carecido de discurso y capacidad de dirección, han preferido la comodidad de la eterna “negociación” entre cuatro paredes al riesgo electoral. Ellos no son reserva moral ni vanguardia de nada, con los mismos discursos añejos de siempre, prometiendo el cielo en la tierra, su aporte solo será positivo y necesario en la medida que sean capaces de generar posiciones y debate serio y no solo maquinas de poder en que las ideas no tengan espacio. En los congresos de antaño se observaba un alto nivel en las discusiones internas, con la existencia de sectores internos capaces de generar propuestas serias, hoy todo eso ha sido reemplazado por el lobby, las discusiones por la prensa y grupos de poder carentes de propuestas. Esto en la actividad política en general, también los demás partidos políticos, escándalos y denuncias, querellas públicas, acusaciones mutuas. Se ha pasado del uno para todos y todos para uno al dándonos entre todos, a ver quien se salva. Partidos políticos donde priman las agendas individuales y escasean los proyectos colectivos.

Por todo esto debemos y queremos hacernos cargo de la crisis, queremos construir una juventud socialista con propuestas y vocación de poder, queremos iniciar el camino de la refundación de la JS, un proceso democrático y participativo de renovación del socialismo joven.

Pero esta compartida situación de crisis de la JS requiere de respuestas audaces, creativas, nuevas, a la altura de la crisis. No conseguiremos mucho refundando el discurso y las buenas intenciones, la real refundación de la JS se dirige a la generación de nuevas prácticas y estilos que impacten a la Juventud y al Partido. Nuevas prácticas como alejarse de vez en cuando de la contingencia del trabajo político diario y detenerse a reflexionar un momento junto a los compañeros en torno al proceso social y político del país y a nuestro rol como jóvenes socialistas, o sea, formarnos, educarnos para asumir la responsabilidad de refundar lo que haya que refundar.

La Nueva Renovación Socialista y la Refundación Nacional de la JS, se ponen en juego en la capacidad de formarse al interior del partido, en el crecer en base a la formación de cuadros políticos, en revitalizar la discusión de viejas y nuevas teorías. Formar desde el “sentirse de izquierda”, esto es garantizando la expresión de antiguas y nuevas luchas sociales. Se necesita de una formación “orgánica” que no “elitice” las instancias partidarias, ni la localice solo en pocos referentes, grupos u organizaciones. Formación política nacional y transversal, que exista participación en su configuración temática, que se forme por medio de continuas expresiones comunicativas, que sea una formación productiva, que desde el saber y la experiencia genere innovaciones en la práctica política. El Partido, y en especial su juventud, deben distinguirse por su capacidad formativa, por la tenencia de saber y la audacia de su aplicación.

Renovación permanente como recuperación de las invocaciones ideales del socialismo y transformación moral, ética e intelectual

El socialismo, a lo largo de su historia, siempre ha tenido invocaciones ideales a seguir, como lo señalábamos anteriormente, la búsqueda de mayor justicia social, la igualdad, la solidaridad, la opción por los más pobres y oprimidos y una permanente y constante lucha por la liberación de todas las formas de opresión existentes en la sociedad. Estos ideales de antaño, son los mismos que invocamos hoy, adecuándolos a la sociedad de hoy, bajo las nuevas condiciones que la sociedad impone. Aún hay pobreza en nuestra sociedad, las desigualdades se van acrecentando, hoy los ricos de antes son mucho más ricos y nuestra democracia participativa sigue siendo débil para enfrentar estos desafíos.

Estos ideales éticos socialistas podrán irse consumando a través de de una previa transformación moral, ética e intelectual de la sociedad, empezando por nosotros los jóvenes socialistas, moral en el sentido de hacer de nuestra cotidianeidad, de nuestro día a día, de nuestras prácticas, prácticas acordes con nuestros ideales, fraternidad, solidaridad, etc., y ética en el sentido de ir optando por aquellas causas políticas y sociales que busquen humanizar la sociedad y hacerla mas justa y democrática.

Por esto proponemos una Renovación permanente, entendida ésta como un proceso continuo de democratización y transformación social a través de la actualización de nuestros valores y principios fundamentales, aplicable también a la dinámica interna de nuestro partido. La renovación se hace posible abasteciendo la saludable crítica interna y la confrontación de las experiencias históricas y la memoria del Partido. El proceso de transformación social y la actualización de valores deben expandirse manteniendo vivas las preguntas sobre la identidad socialista y la identidad de izquierda. Necesitamos bases y tendencias del partido que avancen en tolerancia a la diversidad y la crítica. Fomentando la fraternidad y la afectividad necesarias que armonicen la convivencia interna. Transparentar los procesos de elección de representantes, tener una “normativa” para introducir y socializar a nuevos miembros y a partidarios alejados. Aprovechar las tecnologías como medios que facilitan e incentivan la comunicación y como capacidad para sofisticar las redes y sitios de contacto entre los compañeros.

Nueva estrategia política y nueva orgánica

Es en el nivel de nuestra estrategia política como juventud, de la que se desprenderá una acción política y una practica política diaria donde deberá realizarse la refundación o renovación. Para esto necesitamos de una estructura orgánica también renovada, no directivas burocráticas tradicionales, estáticas, cerradas y sectarias, jerárquicas al estilo estalinista, o sea, para condiciones nuevas política nueva y orgánicas nuevas.

Es necesaria una democratización de nuestras estructuras orgánicas, una donde se incorpore a la sociedad civil, donde se permitan grados de autodeterminación y una política reflexiva, donde nos incorporemos a los movimientos sociales y los fomentemos. Una estructura orgánica donde en lo fundamental, se socialice el poder, incorporando prácticas comunicativas que respetando y fomentando los derechos individuales permitan alcanzar los anhelos colectivos. La “deliberación política” es importante porque pone el acento en los procesos democráticos y no solo en sus resultados.

La refundación de la Juventud Socialista no se iniciará de la mano de la racionalidad política establecida durante los últimos años, la tradicional, la de la “negocia” entre cuatro paredes, la de influencia de las amistades, una forma de hacer política que excluye a aquellos jóvenes militantes que no tienen poder, la mayoría.

Nuestra acción política debe ser distinta a las formas establecidas, distinta a la forma actual de “operar” en la JS, una mas integradora, participativa, con una disposición y una actitud permanente de incluir a nuestros militantes en las decisiones, y también, con una actitud permanente de renovación, de nuestro pensamiento, acción, orgánica, preservando por cierto nuestra historia y nuestros valores fundamentales, la justicia, la lucha por la igualdad, el compromiso en la liberación de todos y cada uno de todas las formas de opresión, la profundización de la democracia y la opción por los mas pobres, humillados y ofendidos de la sociedad, recuperando la rebeldía necesaria que se requiere para transformar el mundo.

La refundación, para ser tal, no solo debe ser de rostros, de nombres nuevos, no solamente reformar nuestra orgánica, esto es fundamental, pero en definitiva la refundación debe ser de pensamiento, debe ser ética, moral e intelectual, en el sentido de que a partir de los valores e ideales que creemos correctos, justicia, igualdad, solidaridad, actuando en la cotidianeidad conforme a ellos, podamos estructurar nuestra renovada visión política, económica, social, cultural, ecológica, etc. Para la sociedad que queremos construir.

Asumamos la tarea de concluir el proceso de renovación inconcluso que inició nuestro Partido hace 30 años, y también redefinamos nuestra estrategia política como juventud, hoy solo existimos durante el “calentamiento electoral” de nuestro sistema político, por lo que nuestro ámbito de acción no solo debe estar a nivel electoral , sino que también en una transformación permanente y continua en la sociedad misma a nivel de movimiento social y político, por lo que nuestra practica política diaria debe ser coherente con la estrategia política que definamos. Aquí es de suma relevancia rearmar nuestras redes con el movimiento estudiantil, universitario y secundario, con los pobladores, con las agrupaciones culturales e iniciar un proceso de acercamiento a los jóvenes de zonas rurales, a los campesinos. En esta refundación de la juventud socialista deberán estar incorporadas las organizaciones sociales, comunitarias, populares y todos aquellos que compartan los principios de la igualdad, la solidaridad, la equidad y el desarrollo social para todos y todas, sin importar su cuna o procedencia social.

Es por esto que en lo orgánico el Partido Socialista y la JS deben dar cuenta de una militancia distinta a la que se ha entendido tradicionalmente, esa que se levanta y se acuesta en el partido, integrando a nuevos actores, una militancia mas funcional que construya partido en el trabajo, obreros, empleados y profesionales, los estudiantes y profesores en las escuelas y universidades, en la población las dueñas de casa, etc. Solo así se recuperará la denominación de partido popular que se les reconoce.

En estos momentos de crisis, de incertidumbres, de falta de rumbo como juventud política, nuestra tarea es rediseñar el camino, pero este rediseño, para que sea efectivo, debe ser plenamente participativo, nadie se puede quedar abajo. Como promotores de la refundación de la JS debemos ser capaces de convocar a todos aquellos compañeros desencantados con la actual estructura de nuestra juventud e invitarlos a sumarse a este proceso de renovación.

Este proceso de renovación y refundación de la Juventud Socialista y del Partido, ya que la Nueva renovación del PS va de la mano con la Refundación de la JS, deberá contemplar de renovación de cuadros en este nuevo diseño, reconociendo el aporte innegable de todos aquellos que han entregado su vida al partido, pero ineludiblemente son necesarios hombres nuevos para el nuevo partido, jóvenes de hoy para los dilemas sociales y políticos de hoy, capacitando a los jóvenes e integrándolos a los espacios de poder y promoviendo su participación en elecciones populares, esto es fundamental, ya que un partido político sin jóvenes es un partido sin fuerza innovadora, sin capacidad crítica y sin futuro.

Sergio Celis
Lorenzo Martínez H.
Marzo de 2007